27-28 de Marzo de 2.010.
Las ganas de subir al Petretxema vienen de lejos. Ya le eche el ojo el año pasado cuando estuvimos en la Mesa de los Tres Reyes, este invierno tocaba.
Pues lo dicho comienza el invierno y las cancelaciones con la temporada tan dura que hemos tenido son una constante. Llega este fin de semana y allí que nos plantamos porque el tiempo “pinta” regular.
SABADO.
Salimos del refugio de Linza y ante nosotros tenemos el llamativo Paso del Caballo, que es necesario atravesar si se quiere llegar al Mallo de Acherito.
Pues lo dicho comienza el invierno y las cancelaciones con la temporada tan dura que hemos tenido son una constante. Llega este fin de semana y allí que nos plantamos porque el tiempo “pinta” regular.
SABADO.
Salimos del refugio de Linza y ante nosotros tenemos el llamativo Paso del Caballo, que es necesario atravesar si se quiere llegar al Mallo de Acherito.
La meteorología da mejoría a media mañana y eso nos hace salir con esperanza y alegría. El refugio lo dejamos atrás salvaguardado por el Txamantxoia.
Según vamos subiendo, las vistas son espectaculares. En la imagen podemos ver la Foya del Ingeniero y lo peor, a partir de los 2.000 metros no se ve nada.
Y con el collado a la vista, más allá sigue pintando feo, pero seguimos apostando por la mejoría.
Llegamos al collado y la nieve esta helada por el crudo viento que sopla, la ventisca se cierne sobre nuestras cabezas, pero nos ponemos los pinchos y seguimos.
Hasta que llega un momento en el que la nieve comienza a golpearnos con fuerza y vemos al grupo de vascos darse la vuelta, y como siempre he pensado, si un vasco se da la vuelta síguele. Pues lo dicho, nos paramos a charlar con ellos y lo veían igual de chungo que nosotros, en la cota 2.115 nos damos la vuelta.
Paula, toca retirada. Este “jodio” Petretxema no se deja.
Paula, toca retirada. Este “jodio” Petretxema no se deja.
Perdemos altura con rapidez y sobre los 1.600 metros el sol comienza a brillar, incluso vemos que al llegar al refugio la nieve que había por la mañana se ha derretido. Así que aprovechamos para comer algo y dar un paseo por la zona.
A alguna se ve que le ha ido peor en la retirada y se ha quedado en los huesos de frio.
La prevista mejoría se ha retrasado y ha sorprendido a todos los hasta allí llegados. Ya toca pensar en el plan para el domingo. Valoramos. ¿Peña Ezcaurre?, ¿Txamantxoia?, o volver a intentar el Petretxema, todo teniendo en cuanta el largo viaje de vuelta.
Aunque es la ruta más larga de las tres, decidimos intentar otra vez el Petretxema y así quitarnos la espinita de tantas veces.
DOMINGO
El día amanece esplendido y todo lo que no pudimos ver el día anterior ahora se muestra con brillantez, como Peña Ezcaurre.
Aunque es la ruta más larga de las tres, decidimos intentar otra vez el Petretxema y así quitarnos la espinita de tantas veces.
DOMINGO
El día amanece esplendido y todo lo que no pudimos ver el día anterior ahora se muestra con brillantez, como Peña Ezcaurre.
El Mallo de Acherito y el Chinebral.
El camino hacia el collado con la multitud de huellas que quisieron aprovechar los rayos de sol.
Llegando al collado tenemos ante nosotros, a la izquierda La Mesa de los Tres Reyes…
… y nuestro Petretxema con su particular perfil.
Paula progresa a media ladera, con la Paquiza de Linzola de fondo.
Mi imagen preferida del Petretxema, mientras nos dirigimos a su collado.
Una vez superado el collado o cuello de Petretxema, sólo nos queda una consecución de palas que se hacen con facilidad. Esta vista hacia atrás.
Y esto lo que nos queda.
Llegando a la cima veo una sima que me deja alucinado, que profundidad…
Y por fin llegamos a la cima, Petretxema (2.370 metros), y lo que nos imaginábamos se cumple. Es un magnifico balcón al Pirineo.
Una de las Agujas de Ansabere con nosotros.
Le Dec de Lhurs y el Billare ya en zona francesa.
La cara norte del Mallo de Acherito con dos montañeros subiendo por la inclinada pala.
Y Paula que se queda perpleja, no sabe ni dónde mirar.
El tiempo esta como para quedar un buen rato, pero tenemos que volver a casa, así que bajamos hasta el collado de Petretxema a echar un bocado y vuelta por el mismo camino, pero más contentos que unas castañuelas, por fin pudimos llegar a lo alto del Petretxema.
Los sueños no tienen porque ser muy altos y cuanto mas se te resiste un pico mas ganas le tienes, pues por fin lo conseguimos y bien contentos que nos volvemos, igual que volveremos al Pirineo Navarro, muy querido por nosotros.
1 comentario:
Aunque ya te lo he puesto en otros lares...
Que envidia me dais kbrones... que paisajes y que bien se os ve pareja...
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